martes, 24 de noviembre de 2009

Justicia por propia mano...

Siempre me he quejado de la gente que en un arranque de ira, decide tomar acciones por su propia mano en contra de aquél que le haya infligido daños en su persona; o en su comunidad.

Recordarán casos que incluso han llegado a la pantalla grande, como es el caso de San Miguel Canoa, donde un grupo de pobladores presuntamente instigados por el párroco del pueblo, decidieron linchar a un grupo de trabajadores de la UAP en 1968.

Pero bueno, ese no es precisamente el punto, sólo es un ejemplo de lo injusto que es un linchamiento.

Hay casos recientes, recordamos como se televisó la muerte de dos policías que fueron calcinados en televisión nacional, por un grupo de habitantes de San Juan Ixtayopan en el 2004.. nuevamente un linchamiento injusto al que le siguieron pérdidas humanas.

Recientemente han habido una serie de intentos de linchamiento, en Puebla, en una de las comunidades aledañas se suscitó el intento de linchamiento del párroco, ya que sospechaban que estaba excavando para desenterrar un tesoro bajo la iglesia (nótese el nivel de estupidez de la situación en general).

Y en el estado de México nuevamente, se presentó otro amago de linchamiento en contra de individuos que aparentemente eran secuestradores y que podían estar relacionados con La Familia Michoacana... aquí, a diferencia de los casos previos, se encuentra con víctimas que son culpables, pero también se cuenta con un crimen al querer ignorar las leyes.

Pero no estoy hablando nada más de linchamientos, tenemos muchos casos de justicia por propia mano, que se encuentran purgando condena en las prisiones del país; otros más afortunados han salido libres, como en el caso de José Eduardo Carnalla Flores, maestro de Kendo, quien al ver en riesgo la seguridad de su hogar, y encontrarse en desventaja contra tres asaltantes que ya lo habían amagado junto a su esposa; realizó una actuación propia de película de acción, que Van Damme, Schwarzenegger o Stallone envidiarian a todas luces, puesto que éste individuo se soltó de sus ataduras, tomó una katana de su pertenencia (para los que no saben que es una katana, se trata de una espada japonesa) y se dispuso a defender su patrimonio, enfrentándose a ellos hiriendo en el abdomen a uno que lo amenazó con un arma de fuego, y haciendo huir a los otros dos, para que después fuera encerrado (ya que el primero murió), y posteriormente tras ser exculpado por actuar en defensa propia, fue liberado.

También recordamos a Don Esteban, ese héroe al que algunos quisiéramos emular en cuanto a valentía, y otros simplemente lo acusan de estupidez (lo cual no me parece nada justo), y que a costa de su vida, defendió la de los usuarios del metro Balderas en este año.

Realmente detesto la injusticia y me gustaría tomar la justicia con mi propia mano, pero también es cierto que creo en hacer lo correcto, ya que de nada sirve que manche mi historial, o mi vida cargando con la culpa de la muerte de otro individuo, por más ruin y repugnante que sea.

El consejo médico de la semana:

- Si tiene usted alguna secreción extraña, interrogue a su marido... o a su amante.

1 comentario:

  1. Pues difiero un poco mi estimado colega...a veces tenemos que tomar la justicia en nuestras manos cuando las manos que deben hacerlo se esconden o se estiran para recibir una mordida...en fin...saluditos

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